Tras casi un siglo de vida independiente, América Latina se enfrentó en el siglo XX al reto de incorporarse al mercado mundial, sin tener mucho éxito en este objetivo. Tanto la estructura económica, como la sociedad y la clase dirigente no estaban preparadas para competir con las sociedades europeas -que tenían un mayor recorrido histórico- y aún menos con los Estados Unidos que se convertía en el nuevo imperio en busca de la supremacía en el mundo. Desde comienzos del siglo XX aparecieron los problemas económicos, sociales y políticos que, durante todo el siglo, afectaron los países de América Latina, fueron claves para el curso de la historia del continente, y extendieron su influencia a la sociedad y nuestra vida cotidiana hasta el día de hoy.
- América Latina a comienzos del siglo XX
Durante el período comprendido entre 1880 y 1930 América Latina se vio obligada a insertarse en el mercado mundial capitalista, debido al dominio comercial que ejercían Estados Unidos y las potencias europeas, de quienes dependía su economía. Esta situación trajo grandes cambios para los países Latinoamericanos ya que sus estructuras económicas, políticas y sociales debieron acomodarse a la nueva situación, creándose así, desequilibrios y conflictos aún latentes en nuestra sociedad.
- Panorama socio-económico de América Latina
Las influencias inglesa y norteamericana son determinantes en la situación de América Latina a comienzos del siglo XX. La economía, las costumbres de la población, la vida política y la sociedad en general se fueron adaptando a los parámetros dados por los dos grandes centros de poder. El flujo de capital venido de estas potencias, representado en empréstitos (préstamos de grandes cuantías que solicitan empresas o el Estado), inversión en infraestructura s e instalación de compañías, afectó directamente la demografía continental movilizando la población internamente y trayendo consigo la inmigración extranjera en algunos países como Brasil, Argentina y Uruguay, en donde la mano de obra era escasa. Estos factores aceleraron el proceso de urbanización y el crecimiento de las ciudades, y se presentó así un aumento de la población en las dos primeras décadas del siglo XX. Junto a este fenómeno se dio también una baja en la mortalidad de un 25%, gracias a algunas mejoras en las condiciones de vida y a los avances en la medicina. En los primeros años del siglo XX la población de América Latina se duplicó.
En este período también se presentó la conformación de nuevas clases sociales entre las que destacan la clase media y la clase obrera o proletaria. La primera provenía de la burocracia estatal y ocupaba los puestos intermedios en las compañías extranjeras y nacionales. Este nuevo grupo social hacía parte de la clientela política de las viejas oligarquías del siglo XIX que, en algunos países de América Latina, perduraron durante todo el siglo XX. El surgimiento de estas capas medias de la sociedad se dio a la par con la extensión de la instrucción pública, por la cual pudieron acceder a empleos y a la participación en política. Esta nueva clase se preocupó por imitar las costumbres y hábitos de la oligarquía, que a su vez, tomaban este comportamiento de los modelos europeos.
La clase proletaria provenía de los grupos de trabajadores y artesanos del siglo XIX, los cuales se fueron adaptando a los avances en la industria, al desarrollo de las ciudades y a todo el proceso de modernización al que se incorporaron los países latinoamericanos durante esta época.
- Economía en América Latina a principios del siglo XX
La transición entre el siglo XIX y el siglo XX con respecto a la economía latinoamericana presentó un rasgo característico fundamental: la orientación hacia el mercado y el comercio internacional. Esto produjo una serie de cambios como el crecimiento desigual de algunos sectores y regiones; el comienzo de la industria de manufacturas orientadas al mercado interno, con la importación de bienes de capital o maquinaria; el desarrollo de medios de comunicación novedosos como los telégrafos, así como el mejoramiento del transporte de carga. Estos cambios modificaron la articulación de los mercados locales latinoamericanos, a nivel interno, y promovieron la adopción de sistemas de producción dedicados de manera exclusiva a los bienes primarios, a nivel externo. Todo esto significó la irrupción de Latinoamérica en la división internacional del trabajo.
En los albores de la Primera Guerra Mundial, Latinoamérica presentaba diversos contrastes económicos producto de la transición. Algunos países, como Argentina y Brasil, presentaban un desarrollo superior al de sus vecinos. Hasta el año 1914 la participación financiera de Europa en la economía latinoamericana era muy superior a la estadounidense. Pero con el advenimiento de la Primera Guerra Mundial esta situación cambió sustancialmente. Latinoamérica sumaba una deuda de más de 2 mil millones de dólares, deuda que arrastraba desde el siglo XIX, y que se incrementó en la primera década del siglo XX gracias a los préstamos destinados a obras públicas.
- El movimiento obrero
La clase obrera fue incrementándose y asumiendo un papel protagónico en el desarrollo histórico de América Latina durante los años treinta. Los nuevos proletarios venían del campo, huyendo de la expansión de los terratenientes y el desempleo. El ascenso de masas trabajadoras en Europa y Estados Unidos, el influjo de las ideas socialistas y revolucionarias y la Revolución mexicana fueron paradigmas para la toma de conciencia de los movimientos obreros. Así, surgieron las primeras sociedades y sindicatos, que para inicios del siglo XX utilizaban la huelga como instrumento de presión.
Estas nuevas ideologías lograron una rápida difusión, gracias también a la migración de obreros europeos especializados, que habían militado en partidos y sindicatos. El sindicalismo se convirtió en una de las bases políticas de los gobiernos populistas y reformistas de América Latina.
- Política y economía en América Latina después de 1929
Para el final de la década de los veinte, las exportaciones de los países de América Latina fueron disminuyendo,. como preámbulo de la crisis económica de 1929. Los recursos financieros se redujeron notoriamente y los inversionistas extranjeros se vieron obligados a retirar sus capitales y a cobrar las deudas.
De acuerdo con las condiciones de cada país, se buscaron soluciones a la crisis. En algunos países la coyuntura se enfrentó a través de reformas moderadas, generalmente propuestas por la clase dirigente. En otros lugares, la situación se enfrentó por medio de gobiernos que se definieron como populares, nacionalistas y antioligárquicos, a los que se denominó populistas, Estos contaron con el apoyo de la clase obrera, los marginados y los desempleado s y las masas en general.
- Intervencionismo de Estado
Con la reducción de las exportaciones, los ingresos de los países disminuyeron; los precios internos de muchos productos bajaron y el número de desempleados se multiplicó. Además, frente a la escasez de recursos financieros, los estados perdieron la capacidad de importar. Los gobiernos decidieron asumir el control de las exportaciones, subsidiar a los productores, supervisar las entidades financieras, controlar las obras públicas y apoyar a aquellas industrias que pretendían reemplazar los productos que dejaron de llegar debido a las dificultades de importación.
El intervencionismo de Estado y la forma como se pretendió impulsar la economía se vieron favorecidos por el inicio de la Segunda Guerra Mundial, a causa de que Europa y Estados Unidos aumentaron significativamente la importación de alimentos. De igual manera, se incentivó la industrialización debido a la nueva suspensión de las importaciones, sin embargo, se descuidó la agricultura y las actividades del campo.
- Los 10 países más desarrollados de América Latina:
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